Artículos

25º ANIVERSARIO ASEBIR

Descarga la revista en PDF Ver la revista en PDF

Publicado en la revista 23 de octubre de 2018.

Este año estamos de aniversario de plata. Nuestra asociación, que aúna a aquellos profesionales que nos dedicamos a una rama tan bonita como es la reproducción humana asistida, y que intenta velar por los intereses de los mismos, cumple 25 años.

Y este año no podía pasar desapercibido: 25 años, no se cumplen siempre. Así que hemos querido recopilar, de mano de nuestros presidentes, algunas anécdotas y vivencias que sucedieron durante sus presidencias.

 

Anna Veiga (1993 – 2003)

ASEBIR se puso en marcha el año 1993 en Barcelona durante el XXI Symposium Internacional del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Institut Universitari Dexeus a iniciativa de algunos profesionales del ámbito del laboratorio en Reproducción Asistida. Nuestra finalidad era constituirnos en una asociación científica que diera apoyo a nuestro colectivo tanto desde el punto de vista científico como a nivel profesional.

El grupo promotor estaba constituido por profesionales implicados en las distintas facetas de la biología de la reproducción, incluyendo la práctica privada, la pública, la docencia y la investigación básica. Seguimos el modelo francés (BLEFCO, Biologistes des Laboratoires d’Etudes de la Fécondation et de la Conservation de l’Oeuf) y fue la Dra. Michelle Plachot la que nos orientó para constituir los pilares de nuestra asociación. Todavía eran los inicios de la RA en España (¡Victoria – Anna tenía 9 años!) y cualquier ayuda a consolidar esta área era muy bienvenida.

Nuestro grupo tenía mucho de “novato” pero también un gran entusiasmo por establecer una asociación que nos reafirmara como profesionales y nos diera el apoyo necesario para llevar a cabo una actividad altamente relevante y esencial para el desarrollo de la reproducción asistida. Estaba muy claro que el laboratorio de RA es una parte esencial para la buena marcha de un centro y, poder agrupar a los que trabajábamos en él, fue la idea que nos motivó en esa aventura. La ilusión de todos los fundadores, la primera junta directiva de ASEBIR, fue el motor que arrancó este proyecto. Recuerdo perfectamente las primeras reuniones que celebrábamos en el Hotel Hesperia, cerca de Dexeus. La actividad en RA estaba creciendo en nuestro país y el constituirnos en una sociedad científica dio el empujón final a nuestra profesión. Durante los primeros años nuestro congreso se celebró en el seno de los congresos de la SEF y de ASESA y el año 2001 celebramos nuestro primer congreso en Murcia, con Emilio Gómez de presidente local y un póster magnífico diseñado por el artista Frederic Amat. Actualmente el Congreso de ASEBIR se celebra cada dos años y constituye un evento científico al que no podemos faltar los que trabajamos en el laboratorio de Reproducción. Para mi constituye un placer asistir a esos congresos sobre todo por el hecho de que me reencuentro con viejos (¡literalmente!) colegas con los que he compartido los inicios de ASEBIR. ¡Actualmente conozco a un pequeño porcentaje de los asistentes!  ¡Las nuevas generaciones de embriologos están tomando el relevo!

ASEBIR se ha consolidado como la sociedad científica líder en embriología en nuestro país y ocupa una posición muy destacada entre las sociedades europeas. La SIERR (Società Italiana de Reproduzzione e Ricerca) ha seguido nuestro modelo y hemos compartido con ellos los estatutos fundacionales. Recientemente las dos sociedades se han hermanado mediante la organización de cursos precongreso en ASEBIR (Madrid) y en la SIERR (Roma). Los cursos, la certificación de embriología, las guías prácticas y, sobre todo, el número creciente de socios son la demostración clara de que ASEBIR ha alcanzado la mayoría de edad en todos los sentidos. No puedo dejar de mencionar el apoyo de todas las compañías que nos han esponsorizado a lo largo de estos años y me permito destacar especialmente la contribución de EMB sin la cual no hubiéramos llegado donde estamos. ¡Gracias Sergio! Me siento muy orgullosa de haber participado en los inicios de esta gran sociedad.

¡Por muchos años más de éxitos!

 

Antonio L. González Utor (2003 – 2007)

Me han pedido que haga un breve resumen histórico de mi presidencia en la asociación, contando algunas anécdotas, si es posible. Para ello tendría que rescatar recuerdos que a estas alturas ya están muy oxidados, pero al menos lo intentaré. Después de algunos años de mi incorporación a la Embriología Clínica (por vergüenza me los callo), comencé a conocer a diferentes compañeros que sólo nos veíamos de congreso en congreso, no de ASEBIR que aún faltaba mucho para que existiera. El resto del tiempo era un terreno yermo de noticias, a excepción de las publicaciones científicas de rigor. Cuando en 1993, conocí la idea de crear una asociación propia de nuestra actividad, rápidamente me afilié sin pensar, con ilusión que nunca he perdido. Con los años aumentó el número de compañeros que conocía, gracias a las reuniones científicas que organizábamos, en las cuales ya tratábamos temas propios de nuestra área.

Fue en 1998 donde decidí dar un paso adelante y presentar mi candidatura a la junta directiva porque quería ayudar a la asociación dentro de mis posibilidades. Tras 4 años, la junta me eligió como presidente electo (cargo que existía en los estatutos iniciales) y con el apoyo de Anna Veiga, la presidenta por entonces (que para mí siempre será la presidenta de ASEBIR), comencé a desarrollar las tareas del cargo. De esas juntas tengo muy buenos recuerdos y sobre todo uno de ellos: No sé si fue por el cansancio del viaje y la duración de la junta, que al final terminamos con un ataque de risas a causa del logo de ASEBIR. Aunque es el mismo que tenemos ahora, originalmente era de elaboración rústica y no dábamos con la tecla para situar el punto en la i y aún menos determinar su color. Recuerdo a nuestra compañera Paloma Ron, con su acento gallego, comentando la dificultad de hacerlo y lo llamaba “micropoint”. En cada diapositiva que presentaba tenía una situación y color distintos, y parecía que tenía vida propia. Vaya pesares nos dio el dichoso “micropoint” hasta que se diseñó por un profesional.

Durante el congreso de ASEBIR de Granada en 2003, sucedí a Anna en la presidencia. Aún recuerdo, la diapositiva que puso José Antonio Castilla en la clausura, con un montaje donde Anna me sostenía en brazos como un bebé, y así era en verdad. Ella había iniciado y desarrollado ASEBIR y a mí me tocaba continuarla, que no era tarea nada fácil.

Poco después, tuve una llamada del patrocinador de nuestras reuniones para comunicarme que debido a las nuevas normas de farmaindustria, sería imposible mantener la relación que hasta entonces habíamos tenido. Pasábamos de un ser “subvencionado” a uno en “libre mercado” y me dije: ¡Dios, dónde te has metido! ¿Y ahora todo se va a ir al garete siendo yo presidente?… No había fondos para mantenernos y no pensamos que esto pudiera suceder, estábamos tiesos de tesorería (“más pelaos que el sobaco de una rana”). Recuerdo a Manuel Ardoy diciendo “no se pagan taxis por desplazamiento” y los pagábamos de nuestro bolsillo. Pero afortunadamente no pasó nada, con el esfuerzo de toda la Junta pudimos salir y seguir adelante.

Este cargo me ha hecho superarme en muchas facetas y una que, aunque no lo parezca, es la timidez. Al reunirme con altos personajes científicos, políticos, empresariales,… he aprendido, al menos, a minimizarla. Pero donde recuerdo que lo pasé peor fue en la inauguración del congreso de Bilbao. Allí me encontré de pie en el escenario con un aurreskulari realizando el Aurresku de Honor y todo bien, pero al finalizar, tira su txapela al lado mía y se me queda mirándome, y yo…mirándolo, y así…va pasando el tiempo y yo…poniéndome colorado, hasta que Carmen Ochoa me da un golpe y me dice: “tienes que cogerla y entregársela…” y un poco más me caigo de boca para hacerlo. ¡Qué vergüenza pasé! En este congreso finalizó mi cargo en la Junta y pasé el relevo a Mark Grossmann. El traspaso fue apoteósico pues tuvimos un final de fiesta bestial. Por cierto, si corren fotografías de lo que ocurrió allí, siempre diré que no era yo y que todo es un montaje.

En fin, seguro que se me quedan más anécdotas en el tintero que alguien recordará y me gustaría me las comentara para así yo volverlas a recordar, porque fue una época fantástica de mucho trabajo pero con gran compañerismo y amistad, y con muy buena gente alrededor, entre ellas, Mª José Prieto, un pilar en el funcionamiento de la asociación. El asociacionismo es eso, el trabajo en conjunto entre personas para lograr un fin. Mi intención, no sé si lograda, era mantener ese espíritu e ir siguiendo el camino que anteriormente me habían dejado hecho, y así continuar, a riesgo incluso de que uno se confronte con sus ideas de lo que debe ser ASEBIR.

Hay que aceptar la continuidad del trabajo que muchos compañeros han hecho durante estos 25 años, porque ASEBIR es hoy día un ente muy importante creado por nosotros, para nosotros y la sociedad.

 

Mark Grossmann (2007 – 2009)

Mark: Me piden que recuerde. Recuerdos del año 2007, de Noviembre, de Bilbao durante el congreso, y posteriores también. Recuerdos antiguos. Recuerdos, quizás, borrosos.

Y lo primero que me viene a la mente es la cola para la votación a cargos de Junta Directiva (por aquel entonces se votaba candidatura abierta, lo que significa que los candidatos más votados pasaban a integrar la Junta Directiva, que se renovaba por mitades cada dos años. Agilizar esta votación sigue siendo, hoy, tema pendiente).

Y lo segundo que aparece es… el resultado: inesperadamente o incomprensiblemente, según el día que tenga, fui el más votado y, de rebote, fui nombrado presidente.

Se trataba de un período bisagra, de dos años de mandato, para elaborar y aprobar unos nuevos estatutos en los que, entre otras cosas, se dictara que la elección de la Junta Directiva de ASEBIR sería por listas cerradas de 12 componentes. Por tanto, el objetivo del mandato estaba claro y se alcanzó satisfactoriamente: ¡misión cumplida!

Pero para nada me sentí un presidente bisagra. ASEBIR estaba creciendo, como afortunadamente sigue creciendo hoy, y exigía atención en muchos ámbitos. Y para poder estar plenamente atento, le propuse a María Victoria Hurtado de Mendoza que fuese vicepresidenta y formásemos tándem. Es una de las mejores decisiones que tomé como presidente.

¿Qué recuerdos tienes tú, Victoria?

Mª Victoria: Lo primero que recuerdo es mi cara de sorpresa cuando me propusiste que fuera vicepresidenta, me cogió totalmente fuera de juego, jamás me lo hubiera planteado. Acepté, ya llevábamos a nuestras espaldas 6 años en la vocalía de Publicaciones, así que conocíamos bien nuestras fortalezas y debilidades.

Fueron dos años donde trabajar contigo fue fácil e hicimos muchas pequeñas cosas, consolidando las líneas ya trazadas por las juntas anteriores (afianzar la presencia de ASEBIR en la CNRHA; potenciar la embriología animando a los asociados a acreditarse por la ESHRE, promover la incorporación de los estudiantes a ASEBIR…).

Quizás lo que más me llene de orgullo es la actividad formativa donde se publicó la 2ª edición de cuadernos de embriología y realizamos la I Jornada ASEBIR sobre RA en un formato novedoso, copiado luego por otras asociaciones, ya que esta Jornada se celebró consecutivamente en tres ciudades diferentes, facilitando muchísimo el acceso a todos nuestros asociados.

Mark: Otro recuerdo potente es el tiempo ingente pasado al teléfono, hablando con una o con otro, y con Mª Victoria más que si fuésemos novios. Para mí, que no me gusta hablar por teléfono… fue toda una terapia, jajaja.

El final de mandato llegó, como estaba previsto, en el congreso de Valencia 2009 (¡gran congreso, enorme congreso!) y Victoria y yo pasamos el relevo a la candidatura de Manuel Ardoy.

¿Quieres añadir algo más Victoria?

Victoria: Para terminar sólo me queda daros, a ti Mark por tu confianza y al resto de compañeros que nos manifestaron su apoyo, las GRACIAS. Y un afectuoso saludo para Mª José Prieto y el equipo de Megaprocess, por su capacidad de adaptarse a los tics de cada cambio de Junta.

 

Manuel Ardoy Vilches (2009 – 2013)

Cuando me llegó la petición de redactar un texto a colación de la época en la que fui presidente de ASEBIR, comentando anécdotas, temas relevantes, experiencia… me di cuenta que no había hecho este análisis nunca. Ahora, desde otero de la remembranza la dualidad del sentimiento y el raciocinio se acrecienta, como siempre que el tiempo pasa.

A bote pronto, cuando miro ASEBIR, un sentimiento ególatra de orgullo me viene sólo: “mira, tuve parte importante en lo que ahora es ASEBIR”. Desde entonces, a veces me integro en ASEBIR de forma diferente. Por ejemplo, al deambular con mi habitual timidez por los stands de los congresos miro de forma diferente todo, como un espectador en un teatro que ve una obra en la que fue en parte autor. Juzgo más severamente todo, o siento con más afectación de la necesaria los devenires de ASEBIR.  Pero pronto salgo del círculo del ensimismamiento, y veo una asociación de muchas partículas que se mueven incesantemente, con intereses propios y con mayor o menor entrega a los intereses asociativos de ASEBIR, pero que se amalgaman con el cemento de ASEBIR. Entonces me desdibujo, y me doy cuenta de la importancia del trabajo en conjunto, que resta la relevancia al individuo acrecentando el aval de ASEBIR. Pero es una simbiosis, ASEBIR se alimenta del trabajo de cada socio, devolviendo a éstos, en forma de consolidación, la compensación al esfuerzo realizado.

Y aquí es donde viene el raciocinio del recuerdo. Horas de desvelo y nocturnidad, preocupaciones, euforia e inquietud… ¡Cuánto trabajo esos 4 años! Pero no sólo yo, todos: toda la Junta Directiva de esa época (no puedo dejar de citar expresamente a Carmen Ochoa), miembros de los grupos de interés, de la comisión de la especialidad, de los comités de los congresos, de comisiones específicas, secretaría de Megaprocess (tampoco puedo olvidar a Mª José) y de todos los socios que participaron en lo que fue siempre un trabajo cuyo objetivo principal era “mirar hacia delante”.  Que ASEBIR, tras todo el trabajo de la épocas previas de fundación y consolidación tuviera una estructura que pudiera ayudar a la evolución que ha demostrado tener.

Lo siento, no voy a poner anécdotas, mi racionalidad me dice que en esta oportunidad de expresarme no he de rememorar lo pasado, eso que cada uno lo recuerde; sino hacer un alegato, desde mi posición privilegiada del conocimiento de cómo es ASEBIR, para recordar lo que ya dije hace 9 años: que el futuro dependerá de la suma del trabajo individual de cada uno de los socios.

 

Montserrat Boada (2013 – 2017)

Han pasado 25 años y aún recuerdo cuando Anna Veiga vino al laboratorio y me contó que quería crear una asociación para los que trabajábamos en Biología de la Reproducción y que ésta, se llamaría “ASEBIR”. ¡Qué buena idea! Eso ocurría a finales del año 1992 y en Enero del 1993 se constituyó la asociación y se redactaron los primeros estatutos. Desde luego han pasado muchos años y podemos decir, sin riesgo a equivocarnos, que hemos crecido profesionalmente de la mano de ASEBIR.

Desde entonces, ASEBIR ha experimentado un gran desarrollo en todos los sentidos, en número de asociados y en actividad. ASEBIR se ha convertido en una sociedad científica de reconocido prestigio, no sólo en nuestro país, sino también internacionalmente.

Mi vinculación con ASEBIR empezó desde sus inicios, aunque ha aumentado considerablemente en los últimos años. Entré a formar parte de la Junta Directiva presidida por Mark Grossmann en el año 2007 coincidiendo con el Congreso de Bilbao. Posteriormente ejercí el cargo de secretaria en la Junta Directiva de Manuel Ardoy y finalmente, como presidenta, durante el periodo 2013 – 2017. La experiencia de formar parte del órgano de gobierno de ASEBIR durante diez años me ha permitido contribuir con mi granito de arena al desarrollo de la asociación. Actualmente ASEBIR es una sociedad científica muy potente. Los congresos que se realizan bienalmente son cada vez más enriquecedores a la vez que un punto de encuentro fantástico para relacionarse con aquellos amigos y colegas que, aun dedicándonos más o menos a lo mismo, nos vemos poco. A lo largo de estos años he vivido de cerca la organización de los congresos de Valencia, Girona, Sevilla, San Sebastián y Madrid. ¡Qué suerte contar con la ilusión de todos los que participan en su organización de una forma tan desinteresada y al mismo tiempo con tanto empeño! Cada congreso supera el anterior y a todos los recuerdo con mucho cariño.

Durante estos 25 años, los distintos grupos de Interés han ido adquiriendo un valor y relevancia incuestionable. Se empezó con Embriología, Andrología y Genética a los que posteriormente se le sumaron Calidad y Criobiología. Actualmente, los GGII son el pilar de nuestra asociación y en ellos se desarrolla toda la actividad científica de la asociación. ¡Felicidades a todos por ello!

Un punto fuerte de ASEBIR es su carácter formativo. Cada vez son más las opciones que se ofrecen para completar la formación, a la vez que se han ido creando becas que incentivan a ello y premian a los trabajos que destacan por su elevado nivel científico. Relacionado con la formación hay que destacar la implementación de una certificación propia en Embriología Clínica que ha sabido cubrir el vacío existente debido a la falta de reconocimiento legal de nuestra especialidad, que a pesar de los esfuerzos realizados, sigue siendo un objetivo pendiente por lo que deberemos seguir luchando para conseguirlo.

Hace tan solo unos meses que ya no formo parte de la Junta Directiva de ASEBIR pero mi relación y apego con ASEBIR perdurará para siempre. El compromiso, dedicación y alto grado organizativo de todos los que formamos la Junta que tuve el honor de presidir, ha contribuido a que ASEBIR sea lo que es ahora: Una asociación científica activa y dinámica que cuenta con más de 1000 socios y que en sus congresos concentra a más de 500 asistentes. ¡Todo un éxito!

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a todos y a cada uno de los que, durante estos 4 últimos años, hemos trabajado juntos en la Junta Directiva por la labor realizada con tanto cariño y eficiencia. Hemos compartido alegrías y quebraderos de cabeza pero sobretodo, hemos trabajado para que ASEBIR prospere. Estoy convencida que la Junta Directiva actual y las venideras harán crecer la sociedad aún más y continuarán haciendo que sigamos viendo ASEBIR como “nuestra sociedad científica”, aquella que representa a todos los profesionales que trabajamos en el ámbito de la Biología de la Reproducción.

 

¡Qué suerte haber podido vivir de cerca los primeros 25 años de ASEBIR!

 

Antonio Urries López (2017 – …)

¿Anécdotas? ¿Experiencias?

Los apenas seis meses de presidencia de ASEBIR aún no me han dado suficientes situaciones “curiosas” que pueda contar en esta carta. Pero no os preocupéis, esto promete.

Soy el socio número 24 de nuestra asociación, la he visto nacer y crecer, y ya había formado parte de otras juntas y grupos de trabajo, pero nunca podía haberme imaginado lo que realmente suponía aceptar este reto. Y sólo llevo medio año.

ASEBIR es hoy en día una asociación prestigiada y asentada dentro del mundo de la reproducción humana asistida gracias a todos/todas los/las presidentes/presidentas que han trabajado por y para ello desde su creación. En esta revista los tenéis con sus anécdotas y vivencias. Únicamente espero durante estos años que tengo por delante no sólo mantener, sino trabajar para incrementar dicho prestigio y calidad científica, pero también con una apuesta decidida hacia nuestro reconocimiento como profesionales sanitarios y defensa de nuestras responsabilidades y (¿por qué no?) obligaciones dentro de nuestra actividad profesional. Tengo un estupendo equipo para ello.

“Ponga un embriólogo en su vida”. Ese debería ser el mantra a repetir por cualquier mujer que acude a una Unidad de Reproducción.

Por cierto, en esta carta hay un error garrafal. No somos los presidentes/as (pasados, presentes o futuros) los que prestigiamos a esta sociedad. Sois vosotros con vuestro trabajo y colaboración en los grupos de interés, revista, congresos, etc. los que hacéis que esto avance. Seguir así y, si es posible, más aún.

Las anécdotas las contaré dentro de 4 años. Seguro que nos reímos todos.

← Volver