Editorial

RECONOCIMIENTO DE LA EMBRIOLOGÍA CLÍNICA

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Carmen Ochoa, Antonio González, Josep Santaló y Manuel Ardoy Comisión para la Especialidad de Embriología Clínica.

Publicado en la revista 15 de junio de 2010.

Han pasado ya más de 30 años desde el nacimiento de Louise Brown. Desde aquellos días hasta hoy, la Reproducción Humana Asistida, sobre todo la Embriología Clínica, ha experimentado enormes cambios. Han surgido nuevas alternativas, y otras se han visto muy modificadas; y lo mejor de todo es que el cambio, la evolución, continúa.

La reproducción humana asistida y, sobre todo, aquello que nos ocupa: la Embriología, ha terminado ocupando un campo de características propias y bien definidas dentro del panorama sanitario. Resulta difícil pensar que algún gestor de sanidad de las diferentes autonomías pueda dudar de que esta atención sanitaria deba estar incluida en su cartera de servicios.

Muchos son los cambios que han consolidado un campo propio y específico para la Embriología Clínica. Tan sólo por enumerar algunos:

-Aparición constante de alternativas terapéuticas específicas.

-Desarrollo de diferentes técnicas de diagnóstico. Tanto propias como traídas de otros tipos de laboratorios.

-Consolidación de la gestión del laboratorio de reproducción humana asistida, con características diferenciales del resto de laboratorios.

-Implantación de la reproducción humana asistida en la cartera de servicios habitual del sistema sanitario Español

-Posibilidades docentes propias y de formación práctica, cada vez más asequibles.

-Desarrollo de investigación propia, junto con una gran cantidad de alternativas de intercomunicación científica.

-Existencia de diversas asociaciones científicas exclusivas de este campo.

-Desarrollo legislativo específico de forma habitual, no sólo a nivel nacional

-Un impacto incuestionable en la sociedad: natalidad, partos múltiples, preservación de la fertilidad, parejas homosexuales… La reproducción humana asistida ha pasado al espectro de lo habitual.

A pesar de todo esto, hay una parcela esencial que se continúa dejando de lado: el reconocimiento específico, propio y oficial de un ejercicio profesional, el de la Embriología Clínica. Consecuencia de este paso sería la definición de responsabilidades y funciones, y por tanto la planificación de esquemas formativos. No cabe duda alguna, el principal beneficiario de tal reconocimiento sería el propio paciente, tanto por la seguridad como por la calidad asistencial que recibiría.

A muchos nos cuesta pensar qué razones llevan a los responsables del Estado a mantener en una situación de casi parada un reconocimiento que parece tan lógico a los profesionales cercanos a la reproducción humana asistida. Sin embargo, por nuestra parte sí que ha habido un esfuerzo continuado. Podemos hacer un breve resumen.

Uno de los primeros pasos fue la Cualificación de Especialista en Reproducción Asistida Humana, emitida durante un breve periodo de tiempo por el COB. Tras el escaso éxito de ésta, y pasado algún tiempo, surgió la posibilidad de que al profesional del Laboratorio de Reproducción Humana Asistida se le reconociera una de las especialidades reguladas en el RD 1163/2002, que afectaba a biólogos, químicos y bioquímicos. La solicitada mayoritariamente fue la de Análisis Clínicos. La respuesta oficial la conocemos todos, un rotundo NO. De esta respuesta hubo dos consecuencias claras:

-Nosotros aprendimos que NO éramos asimilables como parte de una especialidad previa. Por tanto, sin lugar a dudas, el reconocimiento pasaba por algo más exclusivo y específico.

-El ministerio no podía seguir mirando hacia otro lado durante más tiempo. Era demasiado obvio, tenía una enorme cantidad de expedientes denegados encima de la mesa y todos tenían algo en común, trabajaban en reproducción humana asistida.

Tras esto, empezamos diferentes reuniones con el ministerio. Una de las primeras cosas que quedaron bien claras era la imposibilidad, por el momento, de una especialidad propia. Máxime cuando la intención es disminuir el número de las que hay. Una opción ofrecida fue la posibilidad de valorar el formar parte de las ramas, troncalidades, que pasarán a formar parte de un tronco común, el del Laboratorio Clínico. Tal y como pasará con las hasta ahora existentes de forma individual: Análisis Clínico, Bioquímica Clínica… Esta opción fue trabajada, y se presentó a la correspondiente Dirección General del Ministerio de Sanidad una propuesta de programa formativo de troncalidad en Embriología Clínica. Ésta la podéis obtener en la Web de ASEBIR.

Si bien actualmente las troncalidades no se han ultimado, parece complejo que se vayan a incluir más campos del conocimiento que los ya aceptados como especialidad, aunque seguimos trabajando en ello con el ministerio y con las comunidades autónomas, intentando hacer llegar el asunto al Consejo Interterritorial. Pero el ministerio nos propone una vía alternativa que ayudaría a fundamentar pasos ulteriores, un Certificado en Embriología Clínica que fuera valorado y emitido por ASEBIR; máxime cuando es conocedor del proceso de certificación de la ESHRE.

Sin olvidar el resto de los caminos abiertos, la vía principal de evolución por la que se ha optado, y prácticamente la única que el ministerio deja como viable a corto-medio plazo, es este certificado. Sabemos que su relevancia dependerá de qué apoyos o reconocimientos oficiales pueda llegar a tener, así como de la consideración personal que se le otorgue. Por el momento, la Dirección General de Ordenación profesional, Cohesión del SNS y Alta Inspección del Ministerio de Sanidad y Política Social ha dado un visto bueno a un esquema de Certificación en Embriología Clínica de ASEBIR. Éste tiene varias fases, y en la actualidad se está procediendo a su desarrollo y puesta en marcha, tal y como se está informando a los socios.

La apuesta es arriesgada, sobre todo cuando la incertidumbre de saber a qué puerto nos hará llegar es grande. Pero el mensaje es claro, si algo podemos decir en el presente, es que la Embriología Clínica ha madurado lo suficiente como para reclamar un lugar propio.

Carmen Ochoa, Antonio González, Josep Santaló y Manuel Ardoy Comisión para la Especialidad de Embriología Clínica.

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