Debate

LA ÉTICA EN LA MEDICINA REPRODUCTIVA

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Ernesto Veiga INRA
Instituto de Reproducción Asistida de Galicia, Santiago de Compostela

Publicado en la revista 11 de diciembre de 2006.

En esta ocasión queremos comenzar agradeciendo la alta participación de nuestros socios/as en este Debate tan apasionante sobre "La ética en los tratamientos de Reproducción Asistida". Esperamos que en los siguientes números todos os vayáis animando a colaborar.

La Medicina Reproductiva es una ciencia biomédica, por lo que podemos entenderla como una ciencia médica a favor de la vida.

En la actualidad, cada vez aumenta más el número de niños nacidos gracias a la Reproducción Asistida, lo cual ha abierto un debate moral sobre estos actos. Por ello la bioética (bios -vida+ ética) ha de aplicarse también a esta rama de la Medicina. Teniendo en cuenta que la bioética es la ciencia que estudia la vida a partir de los principios universales morales, debemos establecer criterios y límites entre lo lícito y lo ilícito en Reproducción Asistida.

Por Reproducción Asistida entendemos todo proceso técnico científico en el que el uso de la ciencia y la tecnología permiten la reproducción de los seres vivos de forma artificial. De esta manera, el hombre interviene en procesos que deberían ser naturales.

La intervención del hombre se ha desarrollado en técnicas que implican la reproducción posterior intracorpórea (inseminación artificial), en aquellas que implican la reproducción asistida in vitro o extracorpórea y posterior transferencia del embrión al útero de la mujer (Fecundación In Vitro / ICSI), y recientemente la clonación con fines reproductivos o terapéuticos. Fuera de la concepción de la Reproducción Asistida, dejaría a la subrogación uterina.

En cualquiera de sus acepciones, la Reproducción Asistida puede ser homóloga o heteróloga, en función de si los gametos son aportados por los miembros de la pareja o la mujer soltera o con compañera del mismo sexo, o bien, por donantes anónimos/as o conocidos/as. Para la preparación, puesta en contacto y análisis genético de los gametos, zigotos y embriones, se utilizan múltiples técnicas. Los actos desarrollados por el equipo biomédico con el consentimiento expreso de los usuarios/as, para el desarrollo de las mismas, serán actos cuya moralidad debe salvaguardar los principios y fundamentos de la persona.

La Reproducción Asistida desvirtúa la naturaleza del acto conyugal, entendiendo el mismo como el acto sexual por un lado y el carácter procreativo por otro. El hecho de que este último se logre eliminando el otro, no debe ser moralmente ilícito. Ahora bien, en el caso de la maternidad de sustitución, las obligaciones del amor materno, la fidelidad conyugal y de la maternidad responsable, son “puenteadas” sin preocuparnos de si la dignidad y el derecho del hijo a ser concebido y traído al mundo son ofendidos. Este tipo de maternidad es privada de toda carga afectiva que se establece durante el embarazo entre el vientre de la futura madre y el niño, pero que si se da en la madre de alquiler y a la cual posteriormente se le priva de la afectividad establecida. No podemos olvidar tampoco las implicaciones económicas de la “profesión” de las madres de alquiler.

La ética y la moral no deben estar peleadas con la ciencia y la técnica, en todo caso, reconocerse entre ellas como una manera loable de mejorar las condiciones de las personas que optan por las ciencias médicas en favor de la vida.

Desde un punto de vista no procreativo, la unión de los gametos de forma artificial desvirtúa la naturaleza del acto conyugal en su totalidad.

Es por ello que la clonación terapéutica se desvincula de la propia naturaleza para la que fueron diseñados los gametos. Ahora bien, toda medida científica terapéutica, es decir, que pueda remediar algún malestar humano, debería ser aplicada siempre que sea posible. Esto mismo lo podríamos aplicar a la técnica de Diagnóstico Genético Preimplantacional en combinación con la determinación de los antígenos de histocompatibilidad de los embriones in vitro, empleada como ayuda para salvar la vida de un familiar enfermo.

El uso de células madre embrionarias para la posible curación de enfermedades humanas, hace que debamos ver al embrión como una realidad biológica carente de dignidad humana ya que no es vida humana propiamente. Ahora bien, esto no quita que no debamos de respetar la visión proteccionista del embrión que defienden varios países de centro-Europa, donde está prohibida la clonación de cualquier tipo.

No debemos tampoco olvidarnos del potencial terapéutico de las células madre no embrionarias.

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