ÚTERO DE ALQUILER
Gad Lavy, M.D., FACOG.
New England Fertility Institute. Stamford, CT
La subrogación de útero ha llegado a representar en el campo de la medicina otra opción reproductiva importante en el que una mujer lleva un embarazo de otra persona.
Existen dos tipos de subrogación: la tradicional y la gestacional. En la subrogación tradicional la madre de alquiler ha sido inseminada con el semen del futuro padre, y por lo tanto el niño fruto del embarazo tendrá la composición genética de ambos. En la subrogación gestacional, sin embargo, se ha creado un embrión proveniente de los óvulos de la futura madre o de una donante, por lo tanto la madre de alquiler no es la madre biológica del niño.
La mayoría de las indicaciones para este tipo de tratamiento son producidas por una disfunción uterina. Estas disfunciones pueden ser causadas por factores congénitos o cirugía, o como consecuencia de adherencias uterinas (síndrome de Asherman). Existen sin embargo condiciones médicas que prohíben el embarazo (diabetes severa, enfermedad renal, etc.). En estos casos la necesidad del vientre de alquiler dependerá de la naturaleza del problema médico y de su gravedad.
Actualmente existe una mayor demanda proveniente de parejas gays masculinas, así como de varones solteros que desean un hijo. Igualmente este tratamiento es demandado por mujeres que prefieren no llevar adelante un embarazo. Esta categoría de madres de alquiler es la más controvertida, ya que aquí es donde se presentan los problemas éticos. La decisión de realizar este tipo de subrogación a menudo se deja a la discreción de la clínica.
En todos los casos, las posibilidades de éxito de este tratamiento están estrechamente vinculadas al éxito de la FIV, teniendo en cuenta la edad de la pareja femenina (o donante de óvulos), su función ovárica, la calidad de los espermatozoides y el número de embriones transferidos. El mismo criterio se debe utilizar para aconsejar a las parejas interesadas en el alquiler de vientres con respecto a sus posibilidades de éxito. En los casos de subrogación tradicional las posibilidades de éxito están vinculadas a la calidad de los espermatozoides, así como a la historia de la madre de alquiler (edad, estado de la ovulación, la función ovárica, etc.)
En los EE.UU., así como en otros países donde se practica la subrogación, la subrogación gestacional es actualmente la forma más común de las madres de alquiler.
A pesar de que el vientre de alquiler tradicional es simple y barato, las preocupaciones jurídicas, así como psicológicas, hacen que este tipo de tratamiento sea rechazado en la mayoría de los centros donde está permitido. La principal preocupación con la subrogación tradicional se produce cuando la madre sustituta se muestra reacia a entregar el niño después del nacimiento. El sonado caso de “Baby M” en la década de 1970 todavía resuena en muchas parejas. En este caso, la mujer subrogada, Mary-Beth Whitehead se negó a entregar el niño que concibió. Lo más importante a tener en cuenta en este tipo de procesos es la preocupación por el impacto emocional.
SUBROGACIÓN: EL PROCESO
Basándonos en el proceso de subrogación gestacional, la Fecundación in Vitro se utiliza para crear embriones que se transfieren al útero de la madre de alquiler. Los óvulos pueden proceder de la futura madre o de una donante de óvulos. En estos casos, los ciclos de la madre de alquiler y la madre por objeto o donante de óvulos se sincronizan. Los embriones resultantes se transfieren al útero de la madre de alquiler. Tras la transferencia de los embriones se continúa con suplementación hormonal durante dos semanas hasta la prueba de embarazo.
La selección de las mujeres que alquilan su vientre se realiza generalmente a través de agencias que se especializan en la contratación de la mujer. Las mujeres subrogadas son generalmente menores de 42 años, no fumadoras y con la exigencia de que hayan tenido al menos un embarazo a término. Una vez seleccionada, se realiza una visita al hogar por un trabajador social, para asegurar que sus condiciones de vida son aceptables y que ella está cuidando aceptablemente a sus propios hijos.
EVALUACIÓN
Las madres de alquiler deben someterse a exámenes exhaustivos para asegurar que son médicamente y psicológicamente saludables.
El examen médico incluye una revisión exhaustiva de las historias clínicas y en particular los registros de embarazo. Cualquier complicación del embarazo se estudia y se evalúa. El examen médico incluye pruebas de enfermedades infecciosas y la evaluación del útero se realiza mediante una histeroscopia.
En todo este proceso es importante la evaluación psicológica incluyendo una entrevista con un psicólogo, así como una evaluación de la personalidad por escrito (MMPI: Minnesota Multiphasic Personality Inventory; PAI: Personality Assessment Inventory). En este punto es importante la naturaleza de la relación entre los futuros padres y la madre de alquiler, con lo que un estudio exhaustivo de las personalidades es necesario en todos los involucrados. Encontrar la combinación perfecta impedirá en un futuro problemas entre los padres y la madre de alquiler. Es por esto mismo que se realizará una reunión entre los futuros padres, la madre de alquiler y el psicólogo.
Aspectos éticos: Las mujeres de alquiler que principalmente se someten a este tipo de tratamiento son generalmente de una clase socioeconómica más baja que la de los futuros padres. Este hecho, así como el alto coste del alquiler de vientres ha hecho que este procedimiento esté reservado para posiciones socioeconómicas altas. Este problema es particularmente evidente cuando los futuros padres provienen de otros países. En países como la India, las madres de alquiler reciben una cantidad relativamente pequeña de dinero, con lo cual se entremezclan otros factores como puede ser la explotación.
ASUNTOS LEGALES
El vientre de alquiler es ilegal en la mayoría de países europeos (España, Francia, Italia, Suiza) y restringido en otros (Reino Unido). Concretamente en EE.UU. la subrogación gestacional es legal en algunos estados e ilegal en otros. Algunos estados no prohíben la subrogación, pero no abordan la situación jurídica de la futura madre, así como la situación legal del niño recién nacido.
En EE.UU., el gobierno federal a través de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) controla el proceso de subrogación en los padres, controlando cualquier tipo de enfermedad infecciosa, protegiendo de esta forma a la madre de alquiler. Además, la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM) recomienda una evaluación psicológica de los futuros padres y de la madre de alquiler.
Un contrato legal es requerido entre la madre subrogada y los futuros padres, abarcando todos los aspectos del proceso, incluyendo el número de embriones a transferir y las disposiciones para la reducción selectiva en caso de embarazo múltiple o un aborto en el caso de anomalías.
CONSIDERACIONES ESPECIALES
Se ha extendido desde hace unos años la subrogación internacional, provocando que el turismo médico sea una realidad: En el ámbito de la subrogación se ha hecho posible que las parejas viajen al extranjero para el alquiler de vientres.
Muchas parejas europeas prefieren viajar a los EE.UU. y someterse a este tipo de tratamientos, debido a las altas tasas de éxito de la FIV y al hecho de que el proceso de subrogación está legalmente muy regulado. En los EE.UU. en la mayoría de los casos las parejas extranjeras pueden registrar sus nombres en el acta de nacimiento del niño y, por lo tanto, “legitima” a los padres con lo cual no es necesario adoptar al niño después del nacimiento. Esto facilita el proceso de viajar con el recién nacido al país de origen, pudiendo inscribirlo en el país natal de los padres sin ningún tipo de problema.
Este tipo de tratamientos está floreciendo en la India, donde el nivel de la atención médica es alto, la subrogación es legal y el coste es bajo.
El principal problema proveniente de este país es el vacío legal existente a la hora de registrar al futuro bebé.
La demanda más creciente de estos tratamientos se está produciendo en el mundo homosexual y en hombres solteros donde la alternativa de familias cada vez es más común y aceptable.
El coste del proceso en los EE.UU. es alto, variable en función de la naturaleza exacta del procedimiento, viéndose incrementado cuando se requiere la donación de óvulos. El alto coste, es pues, limitante para muchas parejas que quieren ser usuarias del alquiler de vientres y lograr su sueño de tener hijos.