SOCIOS POR EL MUNDO – GEORGIA (JORDAN GARCIA ORTEGA)
Tras la experiencia vivida en la anterior edición de esta revista con Iñaki, hemos querido seguir conociendo por dónde se mueven nuestros asociados y qué pueden contarnos de sus experiencias.
En esta ocasión, tenemos con nosotros a Jordán García Ortega, miembro de ASEBIR desde 2005 y que cuenta con el número de socio 442, con una experiencia profesional como embriólogo de 15 años, y con quién contamos para escuchar las aventuras que nos tiene preparadas.
ASEBIR: ¡Buenos días, Jordán! ¡Qué placer conocerte!
Jordán García: ¡Hola a todos! El placer es mío por haber pensado en mí para esta experiencia.
ASEBIR: Muchas gracias por dejarnos contar contigo para este cometido, y bueno, deja que los socios te conozcan un poco mejor, cuéntanos algo del Jordán que nos habla.
Jordán: Bueno, por poner un poco en contexto, yo empecé en esto de la Reproducción hace algo más de 15 años y lo hice en el que en ese momento era para mí el mejor sitio para formarse: en el IVI. Durante algo más de 10 años estuve trabajando como embriólogo clínico en IVI Sevilla y posteriormente pasé a un departamento que se encargaba de la gestión de las clínicas del grupo en cuestiones de gestión de la calidad, asegurar resultados, auditorías, etc.
ASEBIR: Calidad, cada vez más exigente y que nos da verdaderos quebraderos de cabeza a los embriólogos, pero tan necesaria para garantizar la seguridad y bienestar de los pacientes.
Jordán: Cierto es… pero como bien dices, muy necesaria, en reproducción y en cualquier campo al que os enfrentemos.
En mi caso, como siempre tuve inquietudes sobre cómo eran las cosas en otros lugares (clínicas y países) pronto empecé a encargarme de hacer auditorías fuera de España. En éstas, dependiendo de los servicios requeridos, podía estar desde diseñando laboratorios, hasta formando personal, pasando por los típicos Troubleshooting, es decir, “algo va mal y no sabemos qué pasa, ¡soluciónalo!”
(Todos ríen)
ASEBIR: ¡Y bendito quién te los soluciona! Quién no ha vivido esta situación alguna vez… Y siempre viene bien acudir a alguien que pueda ayudarte.
Jordán: Suele ser mutuo, de forma que cuando alguien te requiere, se lo solucionas si es posible y aprendes cosas. De hecho, fue una época muy intensa en cuanto a viajes pero también muy enriquecedora ya que, como comento, aunque técnicamente iba a auditar o formar, la mayoría de las veces volvía con muchas experiencias y conocimientos muy valiosos.
ASEBIR: Enseñar y corregir, aprendiendo,… Sigue, sigue.
Jordán: Uno de esos proyectos fue precisamente en el que ahora estoy trabajando. Un grupo inversor con experiencia en gestión hospitalaria quiso embarcarse en el mundo de la reproducción asistida y nos contactaron para gestionar el proyecto desde los planos primarios.
Sinceramente, al principio cuando me hablaban de Georgia, inmediatamente me veía viajando a USA pero no…. Este sitio es no es USA, ¡esto es el Cáucaso!
ASEBIR: Fácil confundirse, nos pasó también, todo hay que reconocerlo. Jajaja. Bien por aclararlo. Nada que ver un sitio con el otro imagino…
Jordán: Jajaja, nada, nada… A medida que el proyecto avanzaba y hacía más viajes a Tbilisi, capital de Georgia, se estableció una muy buena relación con los promotores del proyecto así como con las doctoras encargadas y, de esta relación resultó mi incorporación de lleno al mismo.
Así me incorporé al grupo Médico VIVO y concretamente a la clínica Innova In Vitro, en Tbilisi, en Septiembre de 2017 con un contrato de 2 años que finaliza el próximo Septiembre.
ASEBIR: Y, ¿en qué consiste exactamente allí tu trabajo?
Mi labor, en principio, era la de coordinar y dirigir 2 laboratorios del grupo que se encuentran en clínicas distintas. Desde un principio me di cuenta que, dadas las diferencias de los dos centros sobretodo en cuanto a número de ciclos, no podría estar físicamente en las 2 a la vez, así que me traje a un buen amigo de México para que se encargase de la clínica “pequeña”: unos 200 ciclos; mientras yo me quedaba en la “grande”: unos 900 ciclos.
Actualmente, en mi clínica estoy como Director y “ejecutor” de todas las técnicas y tengo además a dos compañeras que serían el equivalente a nuestros técnicos de laboratorio, puesto que sus labores son aún muy limitadas.
ASEBIR: Imaginamos que el cambio no fue del todo fácil inicialmente, ¿no? ¿Muchos cambios?
Jordán: A pesar de que ya estaba acostumbrado a trabajar y a adaptarme rápido a nuevas metodologías diferentes a las aprendidas y que nunca me ha asustado asumir nuevos retos ni cambios, he de admitir que este cambio fue notable por muchas razones.
En primer lugar, y en honor a la verdad, he de decir que desde el punto de vista técnico no hay grandes diferencias entre trabajar aquí en Tbilisi o hacerlo en Sevilla, Madrid, Londres o Nueva York; los equipos, los medios y todo el material de laboratorio es equivalente: Olympus o Nikon, K-system, Origio, Esco, Astec, Kitazato, Cook, Vitrolife… todo disponible.
El límite es el presupuesto, pero no hay restricciones más allá de que determinados productos puedan llegar con algo menos de celeridad con respecto a España (nada que no se pueda compensar con una buena gestión de stock y pedidos).
ASEBIR: ¿Y qué ocurre a nivel legal?
Jordán: En cuestiones legales, tampoco hay grandes diferencias con respecto a cualquier legislación europea, incluso diría que se acerca bastante a la española en el sentido de ser muy poco restrictiva. Lo que realmente diferencia a este país de otros y claramente del nuestro, es que aquí está permitida la gestación subrogada, que tal como te comentaba cuando me preguntabas por los cambios que se podían observar aquí, eso lo marca todo. Cuando yo llegué aquí, este proceso era muy minoritario, unos pocos casos al mes, nada especial; pero tras las incidencias en Ucrania, que es un poco el destino estrella en esta práctica, hemos observado un paulatino trasvase de pacientes que se espera se vea incrementado aún más en un breve período de tiempo.
ASEBIR: Cuéntanos un poco más de este tema… que el verano pasado estuvo en boca de la población por esos incidentes que cuentas.
Jordán: En el procedimiento de gestación subrogada, la pareja puede usar o bien sus propios gametos o bien usar gametos donados: él, ella o ambos, de manera que el embrión resultante se transfiere a una gestante. En esta ocasión, a nivel de embriología, mi trabajo es el mismo que para cualquier otro paciente, es decir, producir los mejores embriones posibles y elegirlos bien para su transferencia. El resto queda en manos de las agencias y, bueno, ese es un mundo en el que no me siento especialmente identificado pero entiendo que cada uno cumple su función.
ASEBIR: Es un tema complicado, requiere de una legislación muy bien definida e imaginamos que no fácil de hacerlo… Sigue, sigue, ¡que nos parece muy interesante!
Jordán: Es complicado, sí, y fíjate que no existe una legislación como tal. Es más bien un vacío legal que permite hacerlo, y que nadie sabe lo que durará.
Os cuento un poco. Aquí en Georgia, la gestación subrogada se está convirtiendo en el plato estrella de los tratamientos de reproducción por 2 razones. La primera es porque su número va en claro aumento y la segunda es porque se asocia, casi en exclusiva, a los extranjeros que, por definición, son los ciclos de mayor coste.
A medida que la demanda aumenta por ambos extremos del mapa (Europa, con España claramente a la cabeza y Asia con China claramente a la cabeza), se van dirigiendo más esfuerzos a captar estos pacientes y eso lo saben bien las agencias que son las que hacen de intermediarios en casi todos los pasos del proceso (búsqueda de donante y madre subrogada, gestión de la documentación del recién nacido, etc.).
Desde el punto de vista de la clínica, para nosotros no cambia nada ni se gana más allá de tener un buen flujo de pacientes. Los precios de estos ciclos pueden oscilar en torno a los 50.000-55.000€ (esto es el TOP: ciclos de subrogación con donante, PGT y ciclos ilimitados durante al menos 2 años). Es una suma elevada, pero las clínicas vienen a ingresar lo mismo que cualquier otro ciclo. Aunque parezca mentira, la ventaja de Georgia es, principalmente el precio, que es bajo en comparación a otros destinos de subrogación (sin contar Ucrania), manteniendo unos buenos niveles de calidad, resultados y seguridad jurídica.
Por otra parte, por la propia idiosincrasia georgiana (país muy religioso y costumbrista donde el qué dirán es muy relevante) ofrece una ventaja en este país, y es que las madres subrogadas son muy “madres”, es decir, cuidan mucho el embarazo y eso es muy apreciado.
ASEBIR: Sorprende que pese a no tener legislación específica, todo parece perfectamente coordinado… Y bueno, cuéntanos también cómo son los resultados.
Jordán: Los resultados en general son bastante buenos, equiparables a los de cualquier clínica española, pero también aquí hay que distinguir bien. Para casi todo, se diferencia entre pacientes nacionales, georgianos, y los internacionales. Tanto por precios de los ciclos, como comentábamos hace un momento, como por características de los pacientes; y hay grandes diferencias; los georgianos presentan un patrón en el que, o bien son parejas muy jóvenes con un marcado factor masculino o bien parejas muy mayores. El factor masculino aquí es realmente muy notorio, mucho más que en otros lugares en los que he estado. No hay estudios al respecto: puede ser alimentación, contaminación o incluso vestigios de conflictos pasados con Rusia, es difícil de dilucidar con claridad.
ASEBIR: Vaya, ¡qué curioso!
Jordán: Sí, puede ser digno de estudio… Y en el caso de los internacionales, son casos de mejor pronóstico, en principio, puesto que vienen, en su mayoría, a hacerse ciclos de ovodonación o de subrogación (con y sin PGT) y los resultados son bastante buenos.
ASEBIR: Y cómo ves las perspectivas laborales para trabajar allí, nunca se sabe a quién de los que nos lea le pueda interesar irse para allá…
Jordán: Las perspectivas laborales aquí no son malas, teniendo en cuenta que es un país pequeño, pero nunca dejando de lado que es muy difícil integrarse desde la nada. Se necesitan contactos.
Hay una evidente falta de profesionales propiciada por el gap educativo del conflicto con Rusia (todo se paralizó en los 90). Desde la época en la que Georgia formaba parte de la Unión Soviética, su principal misión era la de desarrollar la medicina y es por esto que el sector médico en general (la reproducción aún es más incipiente) es la primera industria del país. La sanidad se dejó en manos de corporaciones privadas en su mayoría, y los hospitales, en general, son modernos y están bien dotados, aunque hay de todo, por supuesto.
ASEBIR: ¿Alguna cosa que pudieras destacar, y que no debería pasarse por alto para irse a trabajar allí?
Trabajar aquí exige adaptarse a una serie de reglas no escritas pero que en cierta forma puede chocar con una forma de trabajar más “europea”.
Idioma, ininteligible; horarios, aquí todo es más tarde; planificación, es un punto a mejorar; control de calidad, en eso estamos; y sobre todo un organismo regulador, están empezando ahora con este tema, que son una fuente constante de esfuerzo para alguien foráneo.
De la misma forma, trasladarse aquí sin tener una importante y reconocida experiencia es perder el tiempo. Las exigencias de resultados son abrumadoras y la presión muy elevada, no aptas para principiantes a los cuales, directamente, no tendrían en cuenta.
ASEBIR: Contrariamente a lo que puede ocurrir en otros países donde hay gente que opta a ir para realizar períodos formativos o a coger experiencia, aquí no parece que sea la mejor opción.
Jordán: No creo que sea una opción para coger experiencia, en cambio, sí para cuando ya existe autonomía y se quiere ver cosas diferentes y vivir nuevas experiencias.
Como contrapartida es un lugar perfecto para vivir y trabajar por varias razones; la primera es que es un país barato en términos generales, claro que eso está acorde con el sueldo medio que oscila entre 200 y 300 dólares al mes. La segunda es que es un país muy seguro; aquí la criminalidad es prácticamente inexistente, la mafia georgiana opera en todas partes excepto en Georgia, obviamente. Y la tercera es que es un país asombrosamente bonito: es la tierra del Cáucaso y las estaciones de esquí son alucinantes. Eso sí… hay que acostumbrarse a una forma de conducir ¡suicida!
ASEBIR: Carai, así dan ganas de darse un paseo por allí y conocer las maravillas que nos cuentas, nunca se puede asemejar lo que te cuentan a lo que experimentas.
Jordán: Totalmente de acuerdo. Mira qué imágenes te puedo mostrar.
ASEBIR: Increíble lugar, no quiero pensar en la realidad… Pues Jordán, te estamos muy agradecidos por contarnos tu experiencia, y oye, quién sabe si el día menos pensado nos tienes por allí para que nos hagas de anfitrión.
(todos ríen)
Jordán: Estaría encantado de hacerlo, eso ni lo dudéis. Daros las gracias por haber contado conmigo y deciros que ha sido un verdadero placer.
ASEBIR: Muchas gracias a ti, compañero. Os dejamos algunas imágenes que nos deja Jordán para que podamos hacernos una idea más cercana de lo que nos cuenta. Esperemos sean de vuestro agrado.
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